La Virgen de los Sicarios
La virgen de los sicarios
2000
Nacionalidad
Francia-Colombia-España
Estreno
11-10-2000
Género
Drama
Duración
97 m.
ZINEMA.COM
Dirección
Barbet Schroeder
Intérpretes
Germán Jaramillo (Fernando)
Anderson Ballesteros (Alexis)
Juan David Restrepo (Wilmar)
Manuel Busquets (Alfonso)
Guión
Fernando Vallejo
Fotografía
Rodrigo Lelinde
Música
Jorge Arriagada
Montaje
José Gabriel Sánchez
FOROS DE OPINION No 1
FOROS DE OPINION No 2
Sinopsis
Tras una ausencia de 30 años, el escritor Fernando Vallejo vuelve a Medellín, ciudad donde creció. No queda gran cosa de lo que había dejado: sus padres están muertos, una parte de la ciudad ha sido destruida, la mafia de la cocaína "el cártel de Medellín"... siembra el terror mediante bandas de asesinos. En un burdel de chicos, encuentra a Alexis, de 16 años.
Procedente de barrios pobres, Alexis forma parte de estos asesinos que matan a sueldo y que a su vez son asesinados por jóvenes sin futuro. Ya tiene varias muertes en su conciencia.
En esta ciudad de horror, caos y odio, donde las deudas de sangre pasan de hermanos a hermanos y de amigos a amigos, como si la suerte de los vivos estuviese en manos de los muertos, y donde sólo las iglesias son oasis de paz, el amor va a nacer entre ellos. Un amor sin futuro, condenado de antemano por la realidad que les rodea.
Si el ruido ensordecedor de la cadena Hi-fi que Fernando le regala a Alexis constituye una primera barrera entre ellos, muy pronto los asesinatos cometidos por el chico van a ser un obstáculo importante en su relación. No importa quién pueda ser candidato a la muerte por poco que moleste a Alexis o que se cruce en su camino. Por nada y sin el menor escrúpulo, como un nuevo Ángel Exterminador, saca su arma y dispara.
Los dos van tirando así, de iglesia en iglesia y de asesinato en asesinato, invadidos por su amor cada día más fuerte y más confiado.
Como Vallejo, el director Barbet Schroeder creció en Medellín. Schroeder ha producido varias de las películas morales de Eric Rohmer y ha dirigido varias películas (Idi Amin Dada, Barfly, Reversal of Fortune). Pero nada nos prepara para su visión del tan olvidado paraíso pérdido, y menos desde el punto de vista del infierno. Un filme de Paramount Classics.
Referencias
• Nueva incursión europea de Barbet Schroeder, director de película como Mujer blanca, soltera busca o Medidas desesperadas y productor de otras como En brazos de mi asesino, que pasó parte de su infancia en Colombia.
• Se basa en la novela autobiográfica del colombiano Fernando Vallejo, que se ha encargado de redactar el guión.
• Está rodada con cámaras digitales de alta definición y con sonido directo.
• Consiguió la Medalla de Oro de la Presidencia del Senado en el Festival de Cine de Venecia 2000.
Fernando (Germán Jaramillo) meets Alexis (Anderson Ballesteros), a handsome youth, at a party of one of his old friends and immediately falls for him. The two begin a pederastic relationship which, apart from the sex, consists mainly in Fernando telling Alexis how pastoral the city was when he left, while Alexis explains to Fernando the ins and outs of everyday robbery, violence, and shootings. Even though Fernando has come home to die, his sarcastic worldview is mellowed somewhat by his relationship with Alexis.
He soon discovers that Alexis is a gang member and killer (or sicario) himself, and that members of other gangs are after him. After several assassination attempts fail because of Alexis' skillful handling of his Beretta, he is finally killed by two boys on a motorcycle. Fernando is partly responsible for this, as Alexis' weapon has been lost before the murder due to Fernando's suicidal impulses.
Fernando visits Alexis' mother and gives her some money, and then walks through the streets aimlessly when he encounters Wilmar (Juan David Restrepo), who bears a striking resemblance to Alexis, not only in his looks but in his entire manner.
He invites Wilmar for lunch and the two begin an affair, rekindling the kind of relationship he had with Alexis. Wilmar is also a killer, but it is a shocking revelation to Fernando when he finds out that Wilmar is the one who shot Alexis. He vows to kill Wilmar, but then learns it was Alexis who started the violence by killing Wilmar's brother, calling for vengeance on him by Wilmar.
When Wilmar goes to say goodbye to his mother before he and Fernando leave the country together, he is killed as well. Seeing that the vicious cycle of atrocities in Medellín denies happiness, Fernando presumably commits suicide, if the last scene is taken to hint at that.
The film was shot with digital cameras in the year 2000 under strict security as the amount of street crime in Medellín as depicted in the movie is quite accurate. The digital film gives the movie a somewhat journalistic look.
At face value, the film can be seen as an indictment of the terrible situation in present-day Medellín—however, the character of Fernando is not unproblematic. While during much of the movie he seems like an innocent bystander to the action, his fascination with all things morbid and moribund shows that to some degree he seeks out and enjoys the violence.
This is also evidenced in his reactions to the killings done by his lovers, that range from speechlessness to a feeling of almost divine power as time passes. He also does not leave the city despite the clear danger to Alexis' / Wilmar's lives, even though he has inherited enough money to go wherever he wants. Therefore, the film can also be seen as depicting the symbiotic relationship between the author and his subject matter, namely the Medellín gangs.
Germán Jaramillo interpreta al escritor Fernando Vallejo en la película de Barbet Schroeder, La virgen de los Sicarios, una de las mejores películas del Festival, según los críticos.
Germán Alberto Jaramillo Gallego
The distinguished career of Jaramillo as a film and theater actor and director came to the attention of international critics after his nomination for Best Actor at the 57th Mostra Internazionale d´Arte Cinematografica in Venice (2000) for his performance of the grief-stricken Fernando, the main character in Barbet Schroeder’s Our Lady of the Assassins (book and script by Fernando Vallejo); this film received the Festival´s Medaglia d´oro della Presidenza del Senato (The President of the Italian Senate’s Gold Medal). The same year Schroeder´s film was awarded Best Foreign Film at the Havana Film Festival, and the following year became an official selection for the Sundance, Telluride, Miami, San Francisco, Seattle and Los Angeles Latino Film Festivals The Village Voice selected it as one of the best 40 films of 2001. The film Sin Amparo (No Shelter), in which Jaramillo also starred, received Colombia´s 2000 National Film Award, and it is scheduled to debut internationally at the Huelva Film Festival in Spain. His film career includes The Man Who Killed and Ate the Thing He Loved directed by Michael Stone (presented at the 2002 Columbia University Film Festival). Currently he is working on a project with producer Rodrigo Guerrero (Maria Full of Grace), and director Andy Baiz on two films to be shot in Colombia in 2005.
Jaramillo was born in the city of Manizales, Colombia, in 1952. He moved to where, in 1973, he co-founded the Teatro Libre de Bogotá, the first repertory theater company-owned playhouse and actor’s training center in that country, which opened its doors to the public in September of 1980. His extensive theater repertoire includes works by Shakespeare, Ramón del Valle Inclán, Bertolt Brecht, Murray Schisgall, Jairo Anibal Niño, Esteban Navajas, Reynolds Andújar, and Jorge Plata’s award-winning play La Agonía del Difunto (The Agony of the Deceased); Jaramillo gave 3,000 performances in the leading role of Agonía’s Agustino Landazábal, besides starring in two different Colombia TV productions of the same play (1980 and 1986). He now lives in New York City where he directs the ID Studio Theater and works for Alianza Dominicana Theater Company, Inc.
ANDERSON BALLESTEROS
Natural de: Dosquebradas Risaralda - Colômbia
Cumpleaños: 04/10/1982
Peliculas: "La Virgen de los Sicarios"
Ciudad en donde él vive: Medellin, Colombia
Fue un sueño: comieron a lo rey, vivieron en casas que les alquilaron en estrato cuatro, con paredes limpias y camas blanditas. Los llevaban, los traían, los invitaban, bebían champaña en vasos y vestían ropa de marca.
Anderson Ballesteros y Juan David Restrepo, protagonistas de La Virgen de Los Sicarios, nunca se habían sentido así, a sus anchas, sin afanes y admirados...
La modorra feliz duró cuatro meses, el sentimiento de ser importantes se acabó cuando terminaron de grabar, entonces la vida volvió al ritmo de los últimos quince años y el mundo fue, otra vez, estrecho y azaroso.
Lo bueno es que se heredaron, y el uno se volvió el mejor amigo del otro. Seguramente porque, además de compartir la misma infancia de tropeles y escasez, los unió ese sentimiento feliz de sentirse, por única vez y durante cuatro meses, en la Isla de la Fantasía.
Intimidades
Ánderson: (A) “Yo tengo 18 años y Juan David 21. Nos presentaron allá, cuando arrancó la película. Al principio nos separaban, como que no querían que nos juntáramos mucho. Incluso nos pillamos que los libretos que nos daban no incluían lo del otro y así no nos dábamos cuenta de lo que le tocaba.... Todo eso era porque como Juan David me mata a mí, ellos tenían miedo que nos cogiéramos bronca y nos cagáramos en la cinta”.
Juan David: (JD) “Sí, pero nada. A la semana ya éramos que parceros, andando por ahí para arriba y para abajo... A Ánderson se lo trajeron vivir por Prado y a mi por La Setenta. Al principio nos dijeron qué cuánto queríamos, que cuánto pensábamos cobrar. Yo les pedí seis millones y quedamos en que me iban a dar quinientos mil quincenales”.
A: ”Yo les pedí ocho millones y les dije que me dieran trescientos cada dos semanas”.
JD: “Eso no era mucho, pero era libre de casa, servicios y rumbas, porque, eso sí, nos sacaban a toda parte. ¿Te acordás, güevón? eso era vida... Yo aproveché y compré unas cositas, unos electrodomésticos y ropa. Cuando tenía ganas de algo entrábamos a donde fuera y pedíamos de todo, comíamos como reinas...”
A: “Es que yo antes vendía velitas de incienso en el Centro y Juan David tenía un negocio de comidas en Bello y se quebró. Esa platica que nos daban era una bendición... Después, a los cuatro meses, nos salieron como con dos millones larguitos para cada uno, de lo que todavía nos quedaba. Yo compré una moto y un carro para vender pizzas pero no me resultó... No tenemos nada y estoy vendiendo el entable por seiscientos mil”.
JD: “¡Jueputa! el día que terminamos de grabar fue un fiesta elegante. Imagínese que había una caneca con botellas de champaña y mucho hielo y este man y yo sacábamos de a una... Ese día quedamos en la calle, nos volvimos historia y por eso, borrachos, cantamos esa canción de salsa que dice .. todo tiene final, nada dura para siempre, tenemos que saber que no existe eternidad... Creo que la canta Rubén Blades”.
JD: “En mi casa ya vieron la película en un taco de VHS pirata. Mi mamá se vomitó con el final, cuando me muestran a mí en el Anfiteatro de Medellín desnudo y con mera costura en el pecho... Para ella eso fue más duro que las escenas homosexuales que me tocó hacer”.
A: “En Pereira, mi familia también ya la pilló y les gustó mucho. Mi abuela me dijo que todo le pareció muy bonito y todo, pero que lástima que me hubieran sacado en peloto por ahí”.
JD: “A nosotros nos importa un culo que la gente crea que somos homosexuales. Los dos estamos muy orgullosos de lo que hicimos, imaginate que el director, don Barbet Schroeder, nos felicitaba cada rato por el profesionalismo que le pusimos a los papeles. Por eso queremos una oportunidad en Bogotá, en alguna serie o novela. Donde le diga, nosotros dos, después de esta escuela, nos le medimos a los que sea”.
A: “Ah, pero es que fijáte, a los dos nos invitaron a la premier en Bogotá y quedaron de mandarnos los pasajes de avión, que valen casi medio millón y nosotros les estamos rogando que mejor nos manden el billete, que nosotros nos vamos en mi moto y aprovechamos para pagar unas culebras, ayudar en la casa, pagar el arriendo vencido y dejar algo para la comida”.
JD: “Mirá una cosa: yo tengo una bebé de cinco meses. De mi sólo tiene la nariz pero es igualitica a la mamá. Yo no le he podido colaborar con nada. Lo de esos tiquetes nos daría un empujoncito. Ojalá alguien nos llame para algo en televisión. Yo quiero que mi nena esté orgulloso de mi y de Anderson, que es como su tío”.
EL COLOMBIANO/ José Alejandro Castaño
Barbet Schroeder
(Director)
Born in Teheran, Iran to a Swiss geologist father and a German-born, non-practicing physician mother, Barbet Schroeder spent his formative years traveling with his family, spending a key part of his childhood in Colombia. When his parents divorced when he was 11, he settled in France and gradually became enamored of motion pictures. Before age 30, he had had several careers, including film critic (for Cahiers du Cinema), photojournalist, and jazz impresario. In 1962, he and Eric Rohmer formed Les Films du Losange, a production company that oversaw the Rohmer's films, beginning with the as-yet-unreleased short, "La Boulangere de Monceau" (1962), which Schroeder narrated. After producing, appearing in and assisting with several other New Wave films (i.e., Godard's "Les Carabiniers" 1962) Schroeder directed his first feature, "More" (1969), a powerful depiction of heroin addiction. After "La Vallee/The Valley" (1972), in which a Frenchwoman goes native in New Guinea, the filmmaker earned acclaim for his feature-length documentaries, notably "General Idi Amin Dada" (1974), a portrait of the former Ugandan despot, and "Koko, the Talking Gorilla" (1977)....................
‘Colombia también es mi país’, dice Barbet Schroeder, director de 'La Virgen de los sicarios'
Dice que está trabajando en cuatro proyectos, uno de los cuales sería una comedia en nuestro país. Ahora es jurado del festival de cine de Bogotá.
Un toro. Un toro bravo, bufando en la arena, dispuesto a todo. Esa es la primera imagen que se le viene a la cabeza a Barbet Schroeder, para hablar de las películas que le gusta hacer.
"Sea bravo o no, ahí estoy para capotearlo lo mejor que pueda, igual que César Rincón", dice. Claro que el Barbet Schroeder que atiende esta entrevista dista mucho de ese torero bravucón. Está un poco disminuido. No ha dormido bien porque se intoxicó con un salmón que comió hace apenas unas horas, cuando llegó a Bogotá para participar como jurado del Festival de Cine, que por estos días se realiza en la capital.
Es la primera vez que viene al festival, pero no la primera que visita nuestro país, que considera también el suyo. "Este también es mi país. Viví aquí de los 7 a los 11 años, porque mi papá era geólogo y recorría el mundo buscando petróleo", cuenta. Por eso habla español y asegura que trata de venir al menos una vez al año.
Su familiaridad y cariño por Colombia, por ejemplo, le quitaron el miedo a filmar 'La Virgen de los sicarios' en Medellín, durante nueve meses, a pesar de los riesgos que suponía semejante empresa y de que ninguna aseguradora lo respaldara.
"¿Dónde más iba a hacer una película tan colombiana?". Aunque hace la advertencia de que no le gusta hablar del pasado, recuerda que la primera vez que Henry Laguado, el director del Festival de Cine de Bogotá, lo invitó para que viniera, fue a comienzos de los años 80, "cuando nadie quería venir por las bombas de Pablo Escobar". Eso sí, aclara que lo suyo no fue cobardía: "Yo no pude porque tenía varios proyectos encima".
Barbet nació en 1941, en Teherán (Irán), porque su papá trabajaba por esos días en ese país, pero se radicó finalmente en Francia, en donde estudio filosofía en La Sorbona, antes de hacerse crítico de cine de la prestigiosa revista 'Cahiers du Cinema'.
"Cuando comienzas a hacer tus propias películas, dejas de escribir de cine. Ese es el proceso –explica y de paso cuenta que justamente, por ese ánimo de renovación, pasó de ser asistente de dirección de grandes como Godard o Rohmer, a producir sus películas–. Trabajé con ellos y fui su productor, mientras aprendía, antes de hacerme director".
Su primera película fue 'More', en 1969, luego realizó un documental sobre Idi Amin y posteriormente la exitosa y polémica 'Maitresse', con Gerard Depardieu. Otros de sus filmes más recordados y aclamados son 'Mujer soltera busca', 'El caso Von Bulow' (con Glenn Close y Jeremy Irons), 'Medidas extremas' (con Michael Keaton y Andy García) y 'Barfly' (con Mikey Rourke y Faye Dunaway, que realizó con el mítico escritor Charles Bukowski).
"Siempre me ha gustado estar y no estar en Hollywood. Allí nunca han intentado coartar mi libertad creativa, pero también me gusta hacer mis películas, independiente, aunque a veces encuentre más problemas con los países coproductores con los que me asocio, que en Hollywood mismo", dice.
Y fue en la monstruoindustria del cine en la que tomó fama de extraordinario director de thrillers (filmes de suspenso y crimen, como Mujer soltera busca), género que ahora le interesa muy poco: "Lo que pasa es que en Hollywood el thriller ahora se asocia, en su historia, con elementos paranormales o fantásticos, que nada tienen qué ver con el género".
Sin embargo, su película más reciente fue 'Murder by Numbers', con Sandra Bullock, otro thriller, hace tres años.
De sus nuevos proyectos no quiere adelantar nada, pero dice que tiene cuatro posibilidades, entre las cuales está hacer una comedia en Colombia.
También cuenta que le gustaría volver a trabajar con un escritor, porque en su caso, prefiere trabajar con los autores y no sobre sus novelas, como con Bukowski y Fernando Vallejo (en la Virgen).
"Es una experiencia mucho más interesante que simplemente hacer la adaptación del libro. Afortunadamente, en ellos dos descubrí unos seres humanos maravillosos".
Para sus próximos días en Bogotá cuenta que solo tiene algo en mente: verse 'Sumas y restas', la nueva película de Víctor Gaviria, su amigo, y asesor durante el rodaje de 'La virgen de los sicarios': "Es la que más me interesa ver. Víctor es un poeta muy humano".
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